Presidente del F.M.I.

Su candidatura para ejercer el puesto de presidente del Banco Mundial continuó la tradición de que figure un estadounidense al mando de esa institución.


En enero de 2007, al ingresar a una mezquita en un viaje que hizo a Turquía, Paul Wolfowitz mostró sus calcetines rotos al tener que quitarse los zapatos para entrar a este recinto.


Esto fue considerado como una vergüenza para su cargo y fue incluido en varios diarios del mundo.


Más adelante, entre marzo y abril de 2007, Wolfowitz estuvo envuelto en un escándalo de corrupción.


Al descubrirse que su novia (Shaha Riza), también empleada del Banco Mundial, había recibido importantes aumentos de sueldo (incluso por encima de lo que dictan las reglas de la organización) tras llegar Wolfowitz a la presidencia de la misma.


El primero, de 47.300 dólares, supuso un incremento del 35,5%.


El segundo, de 13.590 dólares, supuso un 7,5%. Estos aumentos violaban claramente las normas del banco, que permitían aumentos menores, del 12% y del 3,7% respectivamente.


El salario de Shaha Riza alcanzó en 2007 los 193.590 dólares libres de impuestos.


Además, la novia del presidente del Banco Mundial había trabajado para una empresa privada que ofrecía asesoría al Pentágono antes de la guerra de Irak, sin informar de ello al Banco Mundial, como exigen las reglas de la organización.